Existe una condición que se presenta en las personas que se encuentran en las últimas etapas de enfermedades graves como la EPOC, el VIH, el cáncer, entre otras. Se caracteriza por una pérdida de peso involuntaria, desgaste muscular y pérdida de grasa corporal.
En la mayoría de los estudios se indica la pérdida de grasa y músculo, pero existe evidencia de que la salud ósea también puede verse comprometida, lo que podría limitar la movilidad y calidad de vida de quienes padecen cáncer y caquexia.
Caquexia proviene de la conjunción de dos palabras de origen griego que significan “en mal estado” y es un síndrome de pérdida de peso involuntaria, se caracteriza por anorexia, saciedad temprana, cambios severos en la composición corporal con pérdida de peso, pérdida de tejido adiposo y muscular, debilidad, anemia e hinchazón.
En el caso del cáncer, la inflamación y las sustancias que se generan por el tumor pueden afectar al apetito y hacer que el cuerpo queme calorías más rápido, por lo que cuando el cuerpo no recibe alimento, comienza un estado catabólico en donde los músculos y las grasas del paciente son la principal fuente de energía. Esta pérdida de masa corporal hace que las personas con cáncer sean más frágiles y vulnerables a las infecciones.
El diagnóstico temprano de esta afección muchas veces pasa desapercibido por el equipo de salud, sin embargo, es importante detectarla pues el 20 por ciento de los pacientes con cáncer fallecen como consecuencia de la desnutrición e inanición.
¿Cómo saber si alguien tiene caquexia? Se detecta por haber perdido al menos el 5 por ciento de su peso corporal en un año, sin dieta o régimen alimenticio. Además, suele tener al menos 3 de los siguientes signos: reducción de fuerza muscular, fatiga, pérdida del apetito, bajo índice de masa libre de grasa, altos niveles de inflamación que se detectan en la sangre, anemia, y bajos niveles de albúmina.
Hasta ahora no existe un tratamiento específico para revertir este síndrome, los médicos trabajan en realizar un abordaje oncológico nutricional que permita mejorar los síntomas y la calidad de vida de los pacientes iniciando con la detección temprana. Así mismo, algunos especialistas recomiendan que además de soporte nutricional, el paciente reciba fármacos estimulantes del apetito con efecto anabólico y antinflamatorio, fármacos que le permitan tener control de las náuseas, el apetito, el estado de ánimo y la inflamación, así como suplementos nutricionales, adaptaciones en la dieta y ejercicio físico.
Los investigadores aún trabajan en el desarrollo de un fármaco efectivo que ayude a frenar la caquexia a partir de reguladores del crecimiento que permitan revertir la pérdida del músculo.
Se estima que el 80 por ciento de personas con cáncer avanzado sufren caquexia y a consecuencia de esta condición no siempre resisten los tratamientos antitumorales.
Es por esto que los pacientes con cáncer deben tener un tratamiento multidisciplinario con intervención nutricional para evitar esta perdida acelerada de peso. Si requieres ayuda, busca uno de nuestros especialistas en el Directorio médico.
Información validada por el Dr. Sergio Durán Barragán, médico reumatólogo en la Clínica de Investigación en Reumatología y Obesidad, S.C.
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